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Mundos de antaño

Christophe de Beauvais

Chroniques Source gallica.bnf.fr / BnF
Un punto de vista chino

Esta foto de propaganda ha sido tomada por un colega chino. Esperaba mostrar a sus compatriotas una mentira muy a la moda del otro lado de la tierra: ¡los Europeos caminan sobre sus cabezas!

Quisiera tomar unos instantes para exponer toda la falsedad de este argumento.

Desde el punto de vista de la física experimental, no existe lo que se podría llamar la gravedad europea, paralela a la gravedad china. Todas las gravedades son iguales: el peso que se tiene sobre la cabeza o sobre el corazón pesan con la misma intensidad si se está en Shanghái o en Honfleur.

Dicho de otro modo, la gravedad no tiene nacionalidad.

Desde un punto de vista socio-lingüístico, se concibe mal que un pueblo, una nación, un continente, pueda ocuparse de sus cosas con las manos en el suelo. ¿Y qué sentido podemos dar a esas múltiples expresiones que utilizamos? ¿Cómo esperar a alguien con los pies firmes sin las manos? ¿Cómo poner en pie un proyecto, si se los tiene en el aire? ¿Cómo parar los rumores si están constantemente en las alturas?

Nuestros pies, señores chinos, están bien sobre la Tierra y ahí se van a quedar.

Desde un punto de vista filosófico, no deseo llegar a las manos, pero escuchen el argumento. Si nuestras cabezas estuvieran en el suelo entonces ¿cómo comprender la elevación de nuestros pensamientos, la propagación de nuestras ideas, la sabiduría de nuestros ideales y nuestro excelente conocimiento del cielo?

Todo ello no tendría ningún sentido y nosotros sí lo tenemos.

Queda la fotografía. Diré dos palabras sobre ella. Tres es un número demasiado pequeño para una generalización de ese tipo.

El segundo argumento es poco visible a los ojos de nuestros amigos lejanos. Pero, para los Europeos convencidos de lo que somos, es muy fácil reconocer la superchería. Se trata evidentemente de los Ingleses. Una nación extraña sobre la cual sabemos pocas cosas.

Lo cual explica el error europeo de mi colega chino.

Nota 1: un colega inglés me ha enviado una rectificación mordaz después de la aparición de esta nota: "For God’s sake, don’t you see they are Germans!"

Nota 2: Luego de mi rectificación, he recibido un mensaje de un colega de Alemania: "Ach du lieber Gott ¡No ves que tienen caras de españoles!"

Nota 3: El mensaje que ha llegado de Madrid es bastante explícito: “Hola compadre, ¿de qué estás hablando? ¡Son italianos!”

Nota 4: Acabo de recibir un cable de Torino que no me atrevo a abrir…

Christophe de Beauvais, Crónicas minúsculas, Mundos de antaño. Un punto de vista chino
[Rabat, 2016]
Traducción al castellano de Mariella Villasante Cervello con la colaboración de Guillermo Nelson Peinado

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