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Mundos de antaño

Christophe de Beauvais

Chroniques Source gallica.bnf.fr / BnF
El origen

La cuestión de los orígenes es una de las más confusas que existen. Aparte de los nacimientos, los cumpleaños, los matrimonios, las batallas y los decesos –aunque no siempre–, tenemos mucha dificultad para fechar con precisión. Hay que creer, sin duda, que nada nace de manera clara y nada muere francamente.

Es todavía peor en lo que concierne a las expresiones. ¿Quién puede fechar con exactitud el momento en que se dijo: “Buscarle tres pies al gato”, “le dieron gato por liebre” o “a caballo regalado no se le mira el diente”? Naturalmente, algunos han tratado, pero nadie ha logrado convencer.

Los progresos de la fotografía nos permiten hoy en día avanzar un gran paso adelante. Por primera vez en la historia podemos remontar al momento exacto de una génesis, es decir, asistir al nacimiento de una expresión.

Expreso de inmediato mis conclusiones: “Como un elefante en una tienda de porcelana” apareció por vez primera en New York en 1920.

Este descubrimiento ha suscitado ciertas críticas entre mis colegas, no puedo esconderlo. Algunos se han emocionado al saber que una expresión bien francesa aparezca en un país extranjero. Otros, más finos, han hecho notar que la expresión no existía en inglés. Pero esos dos argumentos son totalmente inexactos y ahora voy a refutarlos.

El inglés dispone de una expresión parecida que estaba muy de moda en esa época: “Like a bull in a china shop”, en castellano: “Como un toro en una tienda china.”

La confusión es evidente. Contrariamente a los pueblos europeos de cultura antigua, que ven elefantes en todos lados y ello desde tiempos inmemoriales, nuestros jóvenes amigos del otro lado del Atlántico descubrieron al elefante muy tardíamente. Era entonces natural que se equivoquen y que asocien el recién llegado con una figura familiar.

La actitud complacida de los personajes –visiblemente poco asustados por el monstruo– demuestra bien su error: lejos de ver (¡por la primera vez!) una expresión francesa en acción, creyeron que era solo un pasaje del toro.

Nuestros amigos norteamericanos asistieron entonces a un nacimiento que no podían probar pues, en gran mayoría, no tenían ni el conocimiento de nuestra lengua, ni aquella del elefante. Es triste, pero es así.

Se impone una sola conclusión: la expresión “Como un elefante en una tienda de porcelana” nació en New York en 1920, pero fuimos los únicos que pudimos aprovecharnos de ella.

Christophe de Beauvais, Crónicas minúsculas, Mundos de antaño. El origen
[Rabat, 2016]
Traducción al castellano de Mariella Villasante Cervello con la colaboración de Guillermo Nelson Peinado

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