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[Crónicas minúsculas]

Musicas inspiradas

por las [Crónicas minúsculas]








René Bottlang
Mario Stantchev
Camille Thouvenot
Pascale Berthelot
Denis Badault
Stéphan Oliva
Improvisación e improvisadores




En junio de 2016, Christophe de Beauvais me hizo llegar las tres primeras de las Crónicas minúsculas. De inmediato quise que Nepantla fuera el editor. Cuando preparaba la integración de las Crónicas en el sitio web, al momento de volver a leerlas, pensé en René Bottlang porque percibía una similitud entre sus formas de pensar: una especie de desapego humorístico.

Fue así como sugerí a René que improvisara sobre las Crónicas, y luego quise extender la idea a otros pianistas, para dar a entender la variación que podía producir el par texto-imagen sobre músicos improvisadores. Se me impuso de inmediato el piano como instrumento, debido a la naturaleza antigua de las fotos, lo que me recordó a las películas mudas acompañadas de pianistas.

Le propuse entonces a seis pianistas que improvisaran únicamente sobre las Crónicas que hacían resonancia con su mundo musical. De ello resultó que cada texto se acompaña de una cantidad variable de música. La única restricción impuesta fue improvisar sobre la primera y la última de las Crónicas.

Las sesiones de grabación tuvieron lugar a finales de 2017 en los estudios La Buissonne, en el sur de Francia. Las condiciones eran las mismas para todos: el mismo lugar, el mismo ingeniero de sonido –Gerard de Haro–, el mismo piano, las mismas Crónicas, y sin embargo, las experiencias resultaron muy diferentes. Cada músico tuvo una proximación singular con respecto a la "partitura", lo que aquí denominamos a la pareja formada por la imagen y el texto. Cada uno llegó al estudio habiendo elegido previamente entre las Crónicas aquellas que le hacían eco, habiéndolas interiorizado en su proceso creativo, o habiendo estableciendo un hilo conductor general que, sin embargo, podía alterarse en el momento de tocar.

René Bottlang seleccionó dieciocho Crónicas, las que improvisó poniendo las "partituras" de la imagen-texto delante de él, y leyéndolas si era necesario. René ha grabado dos versiones de las dieciocho piezas (solo una se publica aquí), las que, escuchándolas con atención, notamos que son muy diferentes, pero al mismo tiempo basadas en la misma idea musical.

Mario Stantchev eligió el camino de la improvisación escrita. Para cada una de las catorce Crónicas de su elección, escribió especialmente una música que luego grabó, más a modo de intérprete que como improvisador.

Camille Thouvenot optó por improvisar a partir de veinticuatro Crónicas utilizando dos materiales: por un lado, se basó en una especie de "detonador" no escrito, sino grabado en su teléfono; y, por otro, siguiendo la "partitura", especialmente sobre la parte textual. En ciertas piezas, transformó el sonido del piano introduciendo hojas de papel.

Pascale Berthelot, quien grabó la totalidad de las Crónicas, deliberadamente descartó cualquier "partitura". Nada hay frente a sus ojos. Todas sus improvisaciones fueron hechas en relación con los comienzos de los textos. Las primeras oraciones de cada pieza fueron leídas justo antes de la grabación. Y fue a partir de la huella sonora y semántica de lo que acababa de escuchar que desarrolló sus improvisaciones.

Denis Badault llegó al estudio habiendo elegido treinta y ocho Crónicas, las que organizó en tres grupos: unas que tocó con el piano "natural"; otras, con el piano "preparado" –introduciendo cuñas, monedas y tornillos entre las cuerdas–; y finalmente, las que produjo con un "redoblamiento" de las notas con un teclado Fender Rhodes. Para cada pieza, la "partitura" estaba colocada a un lado, de modo tal que podía mirarla antes de tocar, pero luego la ignoraba deliberadamente.

Stephan Oliva eligió veintidós Crónicas. Para algunas, escribió previamente unos temas que sirvieran de base a su improvisación. Tenía entonces, frente a sus ojos una mezcla de partitura tradicional y de "partitura" de texto e imagen. Todo esto sirvió solo como un trampolín ya que, después de algunos segundos, él cerró los ojos y entró totalmente en su mundo de sonoro, un proceso favorecido por los audífonos de casco que usó para grabar.

Estas pocas líneas simplemente quieren dar testimonio de un proceso, fundamental para la música, que se llama "improvisación".

Marc Thouvenot, Improvisación e improvisadores
[Russan, 2018]
Traducción al castellano de Ónix Acevedo Frómeta
Mapas de las relaciones Crónicas-músicas
René Bottlang
Mario Stantchev
Camille Thouvenot
Pascale Berthelot
Denis Badault
Stéphan Oliva