Samuel Máynez Vidal es un compositor mexicano. Proviene de una familia de músicos, su madre Pilar Vidal fue una destacada directora de orquesta y maestra de piano, su abuela era una gran pianista y su padre cantante de ópera y abogado. Estudió piano y violonchelo desde muy temprano en su vida. Sus maestros de piano fueron Carlos Vázquez, Pilar Vidal y Américo Caramuta. Estudió violonchelo con Manuel Garnica, Víctor Manuel Cortes y Guillermo Helguera quien le transmitió la técnica del gran Janos Starker. Desde pequeño pudo contar con las sabias enseñanzas de grandes músicos de relevancia internacional como Guido Picco (discípulo de Puccini) y Anastasio Flores (uno de los mejores clarinetistas que ha existido). Los estudios de composición los realizo con Filiberto Ramírez, Blas Galindo, Rodolfo Halffter y Carlos Jiménez Mabarak (con el que realizó su posgrado).

Conocí a Samuel de forma inesperada, en la Ciudad de México, en el año 2006. Yo impartía un curso de “Pedagogía del violonchelo” en la Escuela Nacional de Música de la UNAM. El curso no había terminado cuando Samuel me interrumpe acercándome varias partituras de chelo para ponerlas a mi consideración. De regreso en Europa, emprendí la lectura de la música que este desconocido había puesto en mis manos, llevándome una gratísima sorpresa al ver que se trataba de piezas de gran calidad.

Desde que lo conozco, el Maestro Máynez ha incrementando notablemente su producción musical. Me gustaría pensar que tal vez sea por el empuje y promoción que le he dado. Su obra no sólo comprende música para violonchelo, sino que tiene piezas para otros instrumentos (el Concierto de Piano y Percusiones, por ejemplo), así como un precioso Jarabe para Orquesta, entre muchas otras composiciones.

La obra para violonchelo del Maestro Samuel Máynez Vidal es una de las más importantes, completas y prolíficas que existen hoy. El amplio arco creativo abarca desde formas simples como pequeñas piezas recreativas, humorísticas e incidentales; hasta formas muy complejas de Conciertos, Sonatas, Suites, Caprichos, Estudios, etcétera, compuestas en un estilo tradicional neobarroco y neoclásico, sin perder el toque mexicano. Desde hace algunos años también incursiona en diversos géneros musicales latinoamericanos como Danzón, Tango, Huapango y Jarabe.

Las composiciones de Samuel son fáciles de escuchar, mas no de interpretar. Hay una enorme riqueza de sentimientos encontrados de nostalgia y alegría que se atribuyen a la idiosincrasia del pueblo mexicano.

Su música ha recorrido el mundo. En países como Japón, Filipinas, España, Brasil, Cuba –entre otros–, ha sido muy bien recibida por el público y la crítica. Se puede encontrar en ella el fundamento fuerte de su personalidad y, al mismo tiempo, una gran diversidad de ideas artísticas, es decir, si se inspira en Bach, sale con el sello de Máynez. De igual manera tiene la enorme capacidad de plasmar en el papel sus sentimientos. Las correcciones en sus partituras son prácticamente inexistentes, no hay titubeos. Es una mezcla maravillosa de intelectualidad y sensibilidad. Pienso que es esto lo que atrapa por igual a los alumnos y a los violonchelistas profesionales, y por supuesto, al público.

Al cabo de un tiempo de interpretar la música de Máynez, le propuse que escribiera dúos de violonchelo para tocarlos junto con la talentosa chelista Marta Roma. Años más tarde el disco Huapango fue grabado, después de haber realizado giras de conciertos por varias partes del mundo y haber tenido un rotundo éxito. (Este disco tiene la particularidad de incluir las partituras manuscritas en pdf, además de un video.)

En otra ocasión le hice a Samuel la propuesta de hacer un concierto “interactivo”. Así surgió, entre los dos, la idea de la creación de: Cello Show. Es un espectáculo que se complementa con diversas imágenes, se prueban fundamentos esenciales de la música como el rítmo, las alturas de sonido y los matices. En el show se le explica al público cómo pueden participar. Antes de grabar el disco Cello Show lo interpreté en diversos lugares para percibir las diferentes reacciones de públicos varios. El Cello Show surgió con el propósito de sacar al violonchelo de esta idea de instrumento serio. Por eso mi propuesta fue crear piezas divertidas que se puedan combinar con el hecho de hacer “trabajar” al público y así se grabó en la Ciudad de México, tratando de reproducir un concierto en directo.

Con el tiempo, mis necesidades pedagógicas me hicieron pensar en otra petición al maestro Máynez para llenar el hueco existente en la búsqueda del desarrollo de las nuevas generaciones de violonchelistas, o al menos completar lo existente. Así surgió Estudios para Violonchelo. El objetivo de la propuesta fue muy claro: basarse en la buena música para crear una búsqueda de contenido técnico-instrumental en cada uno de ellos. Inicialmente fueron 15 estudios que se fueron ampliando hasta alcanzar el número de 90, muy diversos en cuanto a los objetivos pedagógicos en cada uno de ellos. Ya han sido probados con diferentes alumnos y siempre han dado un gran resultado. Quizá lo más destacable reside en que todos ellos atrapan al alumno y los hacen trabajar hasta conseguir los objetivos.

Ahora es el momento para darlos a conocer a todo el mundo para que sean incluidos en el repertorio de los maestros en cualquier lugar, con un fin muy claro: el disfrute de una gran música, la del maestro Samuel Máynez Vidal.

2008, Partitura del tango de Huapango