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Mundos de antaño

Christophe de Beauvais

Chroniques Source gallica.bnf.fr / BnF
Estado de urgencia

En un discurso famoso, el ministro de la Instrucción pública había decretado el estado de emergencia. Recuerdo brevemente los términos de su intervención.

“Nuestro país está en guerra, una guerra insidiosa cuyos estragos serán visibles solamente en una decena de años. La incultura está en nuestras puertas señores y, no nos equivoquemos, propaga con ella legiones de gente ignorante que mañana serán objetivos fáciles para todos los populistas.

Declaro el estado de emergencia en este lugar. Ordeno que se bloquee ese flagelo, que los medios del Estado sean movilizados para que cada niño, cada adolescente, cada adulto que lo desee pueda comenzar su lectura.

La Guardia Civil será requerida en este combate. Tendrá a su cargo proteger todo lector de la apatía de todos. En todo lugar, hombres armados recibirán la orden de desplegarse, de acompañar el lector –pequeño o grande– y de asegurar su serenidad repeliendo por la fuerza si fuera necesario a aquellos o aquellas que lo amenazarían.

Señores, ya es hora de que la cultura de nuestros conciudadanos no sea dejada al abandono, que el Estado se manifieste para crear, gracias a todos, los Hugos de mañana.”

Fue muy aplaudido.

En el curso de los días siguientes, recibí la orden de partir a la caza de lectores solitarios. Terminé por descubrir ese niño pobre de París hundido en una historieta. Al inicio algo incierto –¿los bocadillos y los dibujos correspondían a la obra?– comenzaba mi hora de vigilancia.

Hoy en día siento cierto orgullo de haber participado en ese movimiento. No sé si mi hijo será un autor, pero al menos habrá podido leer en paz durante una tarde.

Se cree a menudo que la lectura es un acto solitario. Sin duda, ello es bastante cierto, pero a condición que uno no sea molestado.

Hasta hace poco, la policía estaba presente justamente para eso.

Christophe de Beauvais, Crónicas minúsculas, Mundos de antaño. Estado de urgencia
[Rabat, 2016]
Traducción al castellano de Mariella Villasante Cervello con la colaboración de Guillermo Nelson Peinado

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